Hace unos
días, buscando estrategias y recursos para trabajar con mis alumnos la
importancia de la colaboración en el grupo – clase, el valor e
individualidad de cada uno de nosotros y la idea de que juntos somos más
fuertes… encontré esta historia que me hizo pensar y que hoy me
gustaría compartir con vosotros.
“Dicen que una vez hubo una extraña asamblea en la carpintería. Fue
una reunión de todas las herramientas… para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que
tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido! Y, además, se
pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que
también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas
vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la
expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre
tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el
metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida,
como si fuera el único perfecto.
En esto entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la
tosca madera inicial se convirtió en un mueble la mar de bonito.
Cuando el taller quedó otra vez solo, la asamblea reanudó la
deliberación. Fue entonces cuando la sierra tomó la palabra y dijo:
“Señores, señoras: ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero
también ha quedado claro que el carpintero trabaja con nuestras
cualidades. Esto es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en
nuestros puntos débiles y concentrémonos en la utilidad de lo mejor de
cada uno”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo
unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y perfilar
asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron
entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron
orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. ”
Nos pasa lo mismo a los seres humanos. Cuando en un grupo buscamos
los defectos de los demás, el ambiente se vuelve tenso y negativo, en
cambio, si buscamos con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los
que nos rodean, es cuando florecen los mejores logros humanos .
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero encontrar
cualidades, eso requiere cultivar lo mejor de nuestros espíritus a
través del esfuerzo diario.
Ojalá nos sirva para la reflexión. Padres y maestros debemos trabajar
juntos para que nuestros niños vean en nosotros estas actitudes
positivas que buscan sumar, ayudar y no dividir y alejar.
Sólo nos lo debemos proponer. A pesar del empeño de la mayoría de los
medios de comunicación, que se esfuerzan en enseñarnos cada día la
parte más negativa de las personas, los engaños, los insultos, la falta
de respeto… nosotros tenemos que compensar con una actitud positiva ante
la vida, que nuestros niños perciban en nuestro día a día, en nuestra
manera de hacer la delicadeza del trato con las personas que nos rodean,
el afecto y el compromiso para mejorar una poco el mundo en el que
vivimos.
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