Steven W.
Anderson
- responsable de la dirección de un programa de implantación de las Nuevas
Tecnologías en su distrito, en EEUU, con 80 escuelas y 57.000 estudiantes
- nos cuenta, a través de 5 preguntas, cómo podemos plantearnos, desde el
papel directivo, el cambio real en este ámbito: es necesario que todos y
todas entendamos, dentro de la comunidad educativa (lo que incluye a familias,
docentes y equipos de Dirección), que la alfabetización digital y el acceso a
la tecnología dentro de los contextos de aprendizaje y enseñanza es
completamente necesario en el siglo XXI. Os lo traemos traducido y adaptado,
para evitar confusiones.
1. ¿A dónde vamos
como organización?
La visión general
de la/el inspector/a de Educación está fuera de mi alcance como director o
directora de un centro educativo pero, ¿qué puedo hacer para que la dirección
de un programa específico a nivel de centro se adapte a la visión de la
Conserjería? ¿Qué necesitamos?¿Qué medios vamos a poner para llegar a sus
objetivos? ¿Cómo podemos corregir las desviaciones en esa marcha hacia las
metas que hemos fijado?
2. ¿Qué estamos
haciendo para llevar a cabo nuestra tarea?
Por ejemplo, una
meta puede ser preparar a la comunidad educativa para enfrentar los desafíos
del siglo XXI, apoyando las necesidades tecnológicas a través de la planificación
(en las Programaciones) y la integración. Vale. ¿Qué está haciendo el centro
educativo en su totalidad, empezando por nosotros/as - el equipo directivo - para
conducir este cambio? Este cambio, por cierto, ha de ser visto como un continuo
y no deberían verse "saltos" bruscos en la programación y la planificación
3. ¿En qué mejora
el aprendizaje del alumnado?
En última
instancia, parece obvio que nuestro objetivo es educar a los alumnos y las
alumnas, ayudándoles a descubrir sus pasiones y proporcionándoles las
herramientas y los recursos necesarios para desenvolverse en un mundo cambiante
y en continuo desarrollo. Debemos asegurarnos de hacer todo lo necesario para
que toda esta innovación cree, realmente, un ambiente de aprendizaje óptimo.
¿Cuál es éste? ¿Qué necesitamos para crearlo?
4. ¿Conectamos
hoy?
Una gran lección
que aprendí como profesor es que las conexiones que hice con mi familia
mejoraban mi aula. Si muestras a tus alumnos y alumnas que te preocupas por
ellas/os, entonces empiezan a preocuparse por su aprendizaje. Muchas familias
tienen mala disposición y actitud negativa hacia la escuela; intentar conectar
con ellos y ellas hacen nuestro trabajo más fácil. Pues bien, lo mismo pasa con
la Tecnología: si todo lo que hacemos es dar a los y las docentes un menú
con opciones, seguramente no cumplan con él ni dispongan de las oportunidades
que necesiten. Tienes que conectar con ellas/os y reunirte individualmente para
ofrecer un asesoramiento personalizado y, también, sus consejos y críticas
fuera de la presión de grupo.
5. ¿Lo que estoy
haciendo es "lo mejor" para los/as estudiantes?
Es una pregunta
importantísima, con la que debemos empezar y con la que también debemos acabar.
No importa qué hagas, lo bonito que sea y los premios que ganes si,
realmente, no redunda en una mejora de la calidad educativa para sus
destinatarios: los alumnos y las alumnas. Todos los días tienes la
oportunidad de hacer "algo grande", aunque no lo parezca; cada vez
hay nuevas y mayores oportunidades: aprovéchalas.
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